viernes, 19 de agosto de 2011

La Equidna II

 Eloísa Relais. Pobre y bella Eloísa, francesa afincada en Sevilla,aun recuerda como coincidieron en la Judería una tarde lluviosa de Otoño. Bajo el soportal de la callejuela entablaron su primera conversación acerca de los meteorológico.Tímido comienzo .Conversaciones de todo y nada . Más tarde ,aparición de la confianza de un par de copas de vino, seguida por la desnudez de sus vidas expuestas mutuamentes tras terminar la botella  . Aquel encuentro fue el primero de muchos otros de cita previa. Ella lo amaba como solo se pueden amar las cosas bellas y buenas de la vida, sin prejuicios ni magnitud. Su amor por ella aumentaba con cada sonrisa y carcajada angelical. Eloisa tan dulce y tierna,tan frágil y testaruda, la amaba.
Para esos días grises de lluvias y melancolías ,guardaba una fotografía bajo su colchón. Envuelta en papel de periódico para que la humedad atlántica no desdibujase ni el más mínimo detalle del sueño vivido junto a ella en París , ni de aquel paseo vespertino por la rivera del Sena . Paseo precedido por la visita a la Ópera ,de un café en los campos Elíseos, del picnic de quesos variados en los jardines de Martes. Miraba aquella fotografía color sepia con la esperanza de volver a oírla , de volver a levantase junto a ella en el hotel Le Meurice ; acariciar sus rizos dorados ,su tez suave y pálida o simplemente a perderse en su mirada azul.... pero no, eso nunca más ocurriría. Su amor por ella está aun intacto, su odio por el doctor Juan Ramírez Mendoza magnificado a cada esperpéntica visión de Eloísa en el suelo de su consulta .Morir asfixiada de asma mientras el médico impasible la deja tirada en fúnebre agonía ,entre quejidos ensordecidos por los jugos blanquecinos supurados por la boca. Esa pesadilla había turbado el sueño de Hugo innumerables veces ,pero , volvía a mirar la foto y endulzar el recuerdo.
Por azares de la vida ,resultó que el doctor Ramírez se encontraba en la villa, haciendo no sé qué negocios con los señores del lugar, y para más inri cruzase en su camino Hugo.  La visión de aquel rostro produce la tensión de sus músculos, dificultad al respirar ;sintió la adrenalina taladrar su corazón en busca de una respuesta , el frenesí emocional era tal ,que cayó a peso muerto en medio de la plaza Mayor. Al recobrar la consciencia se encontraba en la iglesia del pueblo ,a su lado el Padre Mateo ,ataviado con una sotana ridículamente corta o él extravagantemente largo ,de todos modos, al lado de Hugo pendiente de su estado.
-Padre ,¿Cuánto tiempo llevo aquí?.
-¡Hijo mío! que importa eso ,¿Estás bien?.
-la verdad me encuentro algo mareado aún, ¿Qué hago aquí?.
-Descansa ,es normal después del batacazo que te has dado.
-Gracias padre... pero... - le sobrevino la imagen del causante de tal conmoción, antes de salir de la Iglesia - necesito confesión .
.-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida ,dime hijo mío ¿cuáles son tus pecados?.
-Padre me confieso de que voy a atentar contra el quinto mandamiento.
-¡DIOS SANTO!¿Qué dices Hugo?¿Acaso con el golpe te has vuelto loco ?.
-No padre, nada de eso, sólo Dios y yo sabemos el porqué, sólo quiero indulgencia por mis pecados pasados y el perdón por mi venganza .
-Hugo lo siento ,no te daré yo perdón por atentar contra la vida del prójimo, Dios no tendrá piedad de un asesino, ¿Qué te pasa amigo ?¿Qué te atormenta?
- ¿Mateo ya se te a pasado el formalismo de la confesión? - rió forzadamente -¿Alguna vez has amado?
-Hugo que soy cura , pero antes he sido joven , lascivo y  enamoradizo.¿Por qué preguntas eso?
-¿Pero has amado? , has conocido alguna vez a una mujer que te llene con una mirada, te alimente con su sonrisa, te mate con un beso y te vuelva revivir con otro... 
-Para , para! que uno no es de piedra, claro que he amado , pero...¿ Qué tiene que ver el amor con la muerte Hugo?
- El Doctor Juan Ramirez pudo evitar la muerte de mi amor , y no lo hizo por dinero...se quedó sentado...mientras Eloisa...- No pudo continuar , se seco la lágrima  que recorría su mejilla...tomó aire -Entonces padre guarde mi sentencia de muerte para Juan Ramírez, como amigo y sacerdote.
-Así será, pues estas bajo secreto de confesión.
- Mateo nos vemos en el infierno...lascivo dice...- intento mitigar la tensión - cómo se entere Doña Amparo  que lo tiene por Santo.
- Anda amigo marcha ya , antes de que te de yo a tí otro golpe que te vuelva los sesos a su sitio- rió compungido .Diciendo esto se despidieron dándose un fuerte apretón de manos tan solemne como intenso.En el fondo de la sacristía ,se mueve en la penumbra , la silueta de una mujer.



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